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A Roma la llaman la ciudad eterna y aunque estas frases hechas suenen a tópico siempre tienen algo de verdad. A orillas del Tíber, Roma ha visto pasar la historia y ha permitido que esta deje huella por todas sus calles, y claro, ahora nos encontramos con coliseos y foros romanos, catacumbas, cúpulas renacentistas y obras de arte contemporáneas. Visitar Roma es ver los vestigios del tiempo y embelesarse con la belleza de su arquitectura, con la grandeza de sus construcciones y con los pequeños detalles de las obras de arte de sus museos, pero también es visitar una ciudad llena de vida. Roma, toda ella, es un museo en movimiento constante y a veces, da la sensación de que tanta belleza es el escenario artificial de alguna de las películas rodadas en la ciudad eterna, porque Roma es también una ciudad de cine.
Como llegar
Roma tiene dos aeropuertos, el principal en Fiumicino, conocido como Leonardo da Vinci, y otro secundario, Ciampino, donde llegan las líneas aéreas más baratas. En esta ocasión el más cercano a la ciudad es el segundo. Está conectado por los autobuses de Terravisión con la estación de Termini por cuatro euros. Hasta Fiuminico podemos llegar con los trenes directos que salen desde Termini, cuesta unos 15€. Hay opciones más económicas pero más lentas también. Los taxis a ambos aeropuertos tienen tarifas fijas estipuladas y no salen mal de precio.
El transporte
Los restos arqueológicos que existen en el subsuelo romano sólo han permitido crear dos líneas de metro que se juntan en la estación de Termini. El horario habitual es de 5:30 a 23:30 ampliado los viernes y sábados. Donde no llega el metro llegan los autobuses, los tranvías y el cercanías. El autobús sobretodo es interesante para por la noche, cuando no hay otra forma de moverse. El precio es bastante económico. Un ticket sencillo (BIT) nos cuesta 1€ y tiene una validez de 75 minutos, el abono de 24 horas son 4€, 3 días 11€ y el abono semanal 16€. Si vamos de turismo y con la intención de entrar en algún museo siempre podemos hacernos con la RomaPass. Tres días de transporte, 2 museos gratuitos y descuentos en los restantes por unos 25€.
Una opción muy italiana y divertida es moverse en “motorino” por la ciudad. Si nos atrevemos hay muchas empresas de alquiler como por ejemplo Treno E Scooter en la estación de Termini.
Visitar
Hay tantas opciones en Roma que necesitamos días, semanas o toda una vida para conocerla, pero como lo normal es que vayamos dos o tres días hay que hacer una selección. Aún así, me parece imposible resumir lo que hay que ver en el típico Top10 de los” diez imprescindibles”. Cada uno en su viaje descubre sus lugares preferidos yo aquí, simplemente dejo lo que a mí me parece más interesante.
Vaticano. El estado del Vaticano es pequeño y lleno de riqueza y de grandeza. Dentro de él podemos admirar la plaza de San Pedro, proyectada en el s.XVII por el gran Bernini y antesala a la Basílica de San Pedro con su enorme cúpula. Por supuesto hay que entrar a los Museos Vaticanos, si tenemos poco tiempo a echarle un vistazo y por supuesto admirar la Capilla Sixtina pintada por el grandísimo Miguel Ángel. Id pronto para no tener que hacer demasiada cola y por supuesto vestidos para la ocasión, es decir, nada de pantalón o falda corta ni tirantes o te quedarás con las ganas.
Coliseo, Foro Romano y Palatino. El Coliseo es el museo más visitado del mundo, empezó a funcionar en el 80 d.C con luchas de gladiadores. En el foro romano tenía lugar la actividad política, jurídica y comercial de Roma. Existe una entrada conjunta por 12 € y válida durante dos días para todos estos monumentos.
Panteón de Agripa o de Roma. Se encuentra en la plaza conocida como la rotonda y es un templo de época romana dedicado a los dioses.
Capitolio y los Museos capitolinos. Se encuentra en una de las siete colinas de Roma, la plaza fue proyectada por Miguel Ángel y desde ella podemos ver los dos palacios similares que albergan los museos (en su interior hay obras como la loba capitolina) y el edificio del Ayuntamiento donde se firmaron los tratados de la CEE y la CEEA. La entrada son 12 euros.
Galería Borghese. Merece la pena acercarse tanto por el edificio como por la colección que alberga. Es una de las pocas ” villas de las delicias” renacentistas que se conservan, ya que la mayoría de estas construcciones desaparecieron por la expansión de Roma. Se creó para albergar la colección del Cardenal Borghese, un amante del arte que utilizaba métodos muy poco ortodoxos para conseguir sus obras. En su interior encontramos trabajos de Raffaello, Caravaggio, estatuas de Bernini…
Catacumbas de Vía Apia. Las mejor conservadas de todas las existentes.
Plazas y fuentes. Roma es una ciudad de plazas y fuentes, llenas de vida y de belleza. Es obligado visitar la Plaza Navona con las fuentes diseñadas por Bernini, la Plaza de España (con su famosa escalinata, la Barcaccia, la Iglesia de la Trinidad y las vistas de la ciudad), plaza Colonna y la plaza Venezia. Muchas de ellas tienen fuentes proyectadas por los “grandes” maestros del arte, pero quizás la fuente más famosa y cinematográfica de toda Roma es la Fontana di Trevi.
Las iglesias. La majestuosidad de la Basílica de San Pedro no hace que nos quedemos indiferentes ante otras obras de arte religiosas como las Iglesia de Santa María in Cosmedin que atrae a los turistas por la Bocca della Veritá o la Iglesia de Santa María la Mayor, muy cerca de Términi.
EUR. Un barrio curioso y moderno para visitar. Es la zona de negocios y rompe mucho con la arquitectura típica romana. No es imprescindible, pero si tenemos tiempo podemos visitarlo.
Comer y salir
Pizza, pasta y helados italianos. Aunque la gastronomía italiana se conozca sobretodo por estas comidas tienen una dieta mediterránea rica y muy variada. Normalmente su menú típico se componer de la antipasti (entrantes, “antes de la pasta”), il primo (o primer plato), normalmente, pasta, rissoto o gnocci, il secondo o plato principal (carne o pescado), il contorno (si, la ensalada en un menú típico se como aquí) y “il dolce”, que no nos podemos perder. Si estamos llenos sólo con leerlo no pasa nada, la pizza italiana (que no tiene nada que ver con las que solemos comer por aquí) suele servir de plato único. Por supuesto al terminar un limoncello o un amaretto nos ayudarán a hacer la digestión. El vino italiano tiene fama de bueno pero pedid siempre la carta no vaya a ser que se os atraganten los precios.
¿Dónde comer? lo mejor, más animado y más económico es la zona del Trastevere. Si queremos comida judía podemos irnos a la Judería o al Guetto donde estan los restaurantes judíos. Para un almuerzo rápido podemos buscar una pizzerie al taglio, muy típica para comer pizza de pié.
gracias me re sirve !!
Me alegro mucho María Paz. Un saludo!