Solidaridad y turismo

El pasado jueves 18 de agosto la sección de viajes que hicimos en el sol sale por el oeste me pareció especialmente interesante. En ella hablamos de los impactos negativos del turismo y tuvimos la suerte de contar en directo con Tapha Ndow, un guía senegalés que nos atendió en medio de una ruta y que con sus palabras nos abrió los ojos ante problemas como el turismo sexual, la explotación y nos aportó ideas para practicar viajes responsables. Como la entrevista resultó ser interesantísima hubo parte de la información que llevaba preparada que no me dió tiempo a contar, así que os la resumo después de podcast en el que estamos Antonio León, Tapha Ndow y yo misma.

Casi 900 millones de turistas internacionales se movieron a lo largo del año 2009. Con estas cifras tan impresionantes podemos imaginar el impacto que tiene el turismo en los países visitados. Las consecuencias económicas, sociales y medioambientales no siempre resultan positivas en el país receptor y está bien conocerlas e intentar ser responsables y respetuosos en nuestros viajes.

Siguiendo esta línea aparecen las palabras ecoturismo y turismo sostenible e iniciativas como asociaciones que fomentan un turismo beneficioso para la población local, campos de trabajo para jóvenes, voluntariados en los que se contribuye tanto con tiempo como dinero y un largo etcétera de propuestas para que nuestras vacaciones nos aporten algo más que belleza y relax.

La foto es de www.viajeros-solidarios.com

Empezamos con las asociaciones sin ánimo de lucro como por ejemplo viajeros solidarios. Esta gente trata de fomentar un turismo responsable que reporta beneficios económicos a la población local. En vez de gestionar los viajes a través multinacionales occidentales, de lo que se trata es de levantar la economía del país de destino empleando a gente de allí, pagando un precio justo en los alojamientos… Las aportaciones que recibe el visitante también son positivas ya que la gente descubre la realidad social del país que visita. Es decir, aportación económica para ellos y conocimiento para el viajero. Además de los tours de turismo solidario ofrecen programas de voluntariado en países como Nepal, Perú, India y Ecuador. Suelen durar entre 2 semanas y un mes (con posibilidad de alargar) y el voluntario colabora con actividades de lunes a viernes y tiene los fines de semana libres para recorrer el país. No es gratuito, hay que pagarse el billete de avión y una cantidad en concepto de alojamiento y manutención que a veces es la misma ya se trate de 1 semana como de 1 mes. La web recoge a la vez una pequeña base de datos con alojamientos sostenibles gestionados o que emplean a gente local. Por cierto, que si conocéis alguno podéis añadirlo.

Seguimos con más iniciativas viajeras, esta vez para menores de 30 años. Se trata de los campos de trabajo y del voluntariado europeo. No es turismo y de hecho hay que estar concienciados a la hora de hacerlos porque realmente se va a trabajar aunque la inmersión en el país de destino, sobretodo en el segundo caso, es inmensa.

Los campos de trabajo se organizan en los meses de verano y suelen durar unos 15 días aproximadamente. Los hay para todos los gustos: excavaciones arqueológicas, talleres de circo, educación en la igualdad. Este año es tarde para pedirlo pero al siguiente podéis informaros en el Injuve aunque los trámites los realizan las comunidades autónomas. Los hay nacionales e internacionales. Incluyen alojamiento y comida y el precio de inscripción son unos 50 – 70 € aproximadamente.

En el caso del Voluntariado europeo (EVS con sus siglas inglesas) el voluntario se va a vivir a otro país durante un tiempo que va desde los 3 meses (corta estancia) al año. Hay diversos proyectos recogidos en la base de datos de la EVS. Una vez que veamos uno que nos interesa nos podemos poner en contacto con la asociación de acogida (de otro país) y otra de envío (nuestro país) que tienen que coordinar y gestionar todo el proceso (hay organizaciones de envío, de acogida y de coordinación, aunque lo normal es que realicen todas las cosas a un tiempo). Se facilita alojamiento, un curso de idiomas, comida, transporte y una pequeña cantidad de dinero, a cambio la persona voluntaria tiene que destinar unas 30 – 40 horas semanales a las tareas propuestas y no puede trabajar en otro lugar durante su estancia.

Estas propuestas que combinan placer, viajes y responsabilidad aportan mucho más que un simple viaje tanto para la población local como para el visitante y son toda una experiencia.  Si queréis añadir algo, ya sabéis, como siempre agradecidísima por vuestros comentarios.