No nos podemos quejar de los atractivos de nuestra península. Tanto Portugal como España tienen ciudades con historia, pueblos perdidos, una costa de ensueño y un patrimonio natural riquísimo. Tampoco nos podemos olvidar de las islas: Canarias, Baleares, Madeira o las Azores se convierten, por sí mismas, en un destino de vacaciones único, no solo para nosotros sino también para gente de cualquier lugar del mundo. Nos subimos al avión y viajamos hoy a las islas de España y Portugal.
Islas Canarias
Conocidas también como las “islas afortunadas” resulta difícil elegir solo una de ellas. Gracias a su clima, agradable todo el año, Canarias siempre tiene turismo, aunque no es el único motivo: sus playas, la cultura, gastronomía y una naturaleza singular son razones más que suficientes para optar por ellas. Tenemos siete islas “grandes” agrupadas en dos provincias; por un lado Las Palmas (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote) y de otro Santa Cruz de Tenerife (Tenerife, El Hierro, La Gomera y La Palma). Todas tienen aeropuerto aunque las más pequeñas solo están conectadas por vuelos insulares. También se puede visitar el Archipiélago Chinijo, al lado de Lanzarote y el islote de Lobos, entre Fuerteventura y Lanzarote.
Las Palmas
Gran Canaria es su isla más poblada, aquí está la capital, Las Palmas de Gran Canaria. Debido al mal urbanismo no es de las ciudades más bonitas que he visitado, aunque merece la pena conocer su casco histórico y sus barrios típicos, la Vegueta y Triana, bañarse en la playa de las Canteras y disfrutar de su vida cultural. La zona más turística está al sur, con la playa de Máspalomas y sus dunas a la cabeza. Merece la pena visitarla, sin embargo, una vez más, el hombre ha metido la zarpa y algunos de los alojamientos en la costa afean el paisaje.
Tiene varios enclaves naturales protegidos mucho menos explotados y que merece la pena descubrir, así como pequeños pueblos. El Roque Nublo, Mogán y su puerto, Terol, Telde, etc. son algunos de los sitios que no nos podemos perder.
Lanzarote y Fuerteventura se pueden visitar en un mismo viaje. Varios ferris al día las conectan con lo que si vamos una semana tendremos tiempo de sobra para conocerlas. Son dos islas tranquilas, bien construidas, donde la mano del hombre ha contribuido, en gran parte, a destacar la naturaleza. El paisaje volcánico de Lanzarote es único, negro y muy especial. Si lo que queremos son playas nuestro destino será Fuerteventura.
Desde Lanzarote se puede llegar en barco la Graciosa, la única isla habitada del archipiélago Chinijo.
Santa Cruz Tenerife
El Teide, el pico más alto de España, es el símbolo de Tenerife, una maravilla natural. Con razón es el parque nacional más visitado de Europa y se encuentra entre los diez con más afluencia del mundo. El centro de la antigua capital, San Cristobal de la Laguna, es Patrimonio de la Humanidad. Tampoco desmerecen los Parques Rurales de Anaga y de Teno y el acantilado de los Gigantes.
Toda la isla de la Palma ha sido declarada Reserva de la Biosfera. Se la conoce como la isla bonita y es el primer destino turístico del mundo Starlight por la calidad de su cielo. Se ven las estrellas de maravilla, de hecho aquí está el observatorio del Roque de los Muchachos.
El Hierro y la Gomera son las islas menos pobladas de toda la provincia aunque si lo que queremos es tranquilidad y naturaleza habremos elegido bien.
A la Gomera se puede llegar en ferri desde Tenerife. Toda la isla es un contraste entre mar y montaña y en el centro está su atracción principal, el Parque de Garajonay, Patrimonio de la Humanidad. Además de su naturaleza sorprendente y llena de barrancos, acantilados y calas, se pueden visitar los pueblos costeros aunque las distancias engañan y nada está tan cerca como parece ya que la orografía de la isla alarga los trayectos.
Los fondos marinos de El Hierro atraen a submarinistas de todos los rincones del mundo. Su turismo, lejos de las grandes aglomeraciones, es de calidad más que de cantidad y los viajeros se acercan en busca de naturaleza, tranquilidad y senderos. Cada pocos pasos se localizan miradores que nos muestran la isla como el Mirador de las Playas o el Mirador de las Peñas. Uno de sus lugares más simbólicos es el Faro de Orchilla, durante años se creyó que el meridiano 0 pasaba por aquí. Además es una isla verde y ha aprobado un proyecto para ser la primera isla del mundo 100% renovable.
Baleares
Aquí el clima no da tregua como en Canarias así que el verano es la mejor época para visitar el archipiélago. También es cuando está más lleno y es más caro. Para llegar existen dos posibilidades: acercarnos en avión y alquilar allí un vehículo o subir el nuestro al barco. En todo caso es casi imprescindible tener un coche.
Una vez allí, destino y planes no faltan y para todos los gustos. Desde la tranquilidad de Menorca hasta la juerga ibicenca pasando por la calas de Mallorca y la arquitectura de su capital, la Palma.
Menorca, dentro de las Baleares, es la isla que más me gusta. El desarrollo urbanístico la ha respetado y no se ven grandes hoteles que rompan con su estética. Sus ciudades principales, Ciutadella y Mahón, ofrecen cascos antiguos bien cuidados y con historia; cada rincón de la costa esconde calas de intensas aguas azules, mediterráneas y se pueden visitar enclaves arqueológicos y monumentos megalíticos a lo largo y ancho de la isla: navetas, taulas y talayotes. Además de puertos pesqueros y pequeños pueblos de casas blancas donde comer un buen pescado, podemos acercarnos al Santuario de la Virgen de Toro, dedicado a la patrona de la isla. Gracias a su naturaleza y su buena conservación, Menorca es Reserva de la Biosfera.
Ibiza está hecha para el turismo más canalla, el de las juergas, aunque si vamos fuera de temporada alta se puede disfrutar de la tranquilidad, de atardeceres solitarios y descubrir la capital, Eivissa, Patrimonio de la Humanidad, prácticamente desierta. Eso sí, el buen tiempo, fuera de los meses de verano no está garantizado. Hay ferris que, en media hora, nos acercan hasta Formentera.
En Mallorca hay que visitar, sí o sí, su catedral gótica en la capital, Palma. Otros de los lugares más representativos de la isla son el Castillo de Bellver y el Monasterio de Lluc, dedicado a su patrona. El tren de Sóller que une la capital con este pueblo turístico es uno de los atractivos turísticos junto con el tranvía que conecta el centro y el puerto. Las calas de Mallorca son famosas por su belleza y supongo que uno de los principales atractivos para los alemanes que se distribuyen a lo largo y ancho del territorio.
En cualquiera de las islas nos encontramos calas de ensueño, el agua cálida del Mediterráneo, naturaleza, cultura y su gastronomía: ensaimadas, cocas, sobrasada y todo tipo de platos cocinados con pescado fresco. Elegir no es tan difícil ¿o sí?
Madeira
¿Algo más exótico pero también cercano? ¿Por qué no Madeira? En verano hay vuelos directos entre Madrid y Funchal y, desde cualquier ciudad, haciendo escala en Lisboa se puede llegar a la capital de la isla.
Madeira es una región autónoma portuguesa, localizada a 400 kilómetros al norte de las islas Canarias y a unos 800 kilómetros de Lisboa, la capital lusa. El archipiélago, de origen volcánico, lo componen varias islas, aunque solo dos de ellas están habitadas: Madeira y Porto Santo.
Es un destino muy turístico gracias a su clima suave y sus playas. Además de sol y relax también encontramos historia, parajes naturales y arquitectura, pero vayamos por partes.
Funchal, la capital tiene unos 100.000 habitantes. Las casas de techos naranjas miran al mar y están casi siempre en pendiente. Es obligatorio pasear por su parte vieja, visitar la catedral de estilo manuelino, probar un vino en sus bodegas, contemplar las vistas desde el funicular, y pasar al mercado a cotillear los productos locales.
Desde Funchal, en coche, podemos recorrer toda la isla y acercarnos a miradores, acantilados, visitar pueblos pesqueros como Câmara de Lobos, playas o ir a Santana, el municipio de las casas típicas con techos de paja.
Por la zona norte de Madeira y en algunas áreas de la zona sur, se encuentra el Laurisilva de Madeira, un bosque de laurel declarado Patrimonio de la Humanidad ya que está prácticamente extinto fuera de la isla. Antes de que Madeira fuera colonizada, estos árboles cubrían casi toda su superficie sin embargo, años después no queda prácticamente nada.
Si os gusta el senderismo en Madeira os vais a hartar. Hay kilómetros y kilómetros de caminos que discurren cerca de las levadas, los canales por los que desde hace siglos, se transporta el agua de las zonas altas de la isla hasta las partes más bajas.
También disfrutaremos de su gastronomía. El plato más típico es el pez sable (o espada) con plátano frito, no desmerecen las sopas de trigo o de col y por supuesto, el vino isleño. En Madeira se produce una enorme variedad de uvas y el vino local es uno de sus productos estrella.
Más información en su web de turismo.
Las Azores
Más alejadas de la Península, las Azores se localizan a 1.400 km. al oeste de Lisboa. La componen 9 islas de origen volcánico que están incrementando su número de visitantes año tras año. Centrado en el turismo de naturaleza, el archipiélago ha conseguido varios premios de turismo sostenible y ofrece unas vacaciones que combinan rutas senderistas, geoturismo, observación de ballenas, buceo, etc. La mayor de las islas, San Miguel, se conoce como la isla verde, por sus praderas, sus plantaciones y sus bosques. Se pueden visitar varios lagos en el interior de los volcanes, la capital, Ponta Delgada y pueblos marineros. Aunque realmente por lo que destacan las Azores es por el turismo activo.
La mejor manera de llegar es con un vuelo desde Lisboa.
Después de este repaso por las islas de España y Portugal no sé si la elección está más clara o habrá que hacer un listado e ir tachando. Tenemos para unos pocos años ;).