Ofrecieron su vida por la ciudad aunque la sangre nunca llegó al río. Hoy, una estatua coral de bronce junto al ayuntamiento, esculpida por Auguste Rodin, recuerda a unos hombres valerosos que se entregaron para salvar Calais, sitiada al comienzo de la Guerra de los Cien Años. Esta es la historia que hay detrás de imagen.
Era 1347 y la interminable Guerra de los Cien Años había comenzado hacía una década. Ingleses y franceses estaban inmersos en una de sus batallas, luchaban por la ciudad fronteriza de Calais, situada junto al Canal de la Mancha. Por su situación estratégica, unos querían conservarla y los otros quedarse con ella. En un duro tira y afloja, el rey inglés Eduardo III sitió la ciudad y, ante la imposibilidad de asaltarla, decidió dejar morir a sus habitantes de hambre.
Abandonada ya por las tropas francesas y con escasez de provisiones, el alcalde de Calais consigue negociar con el rey inglés y así salvar a la mayoría de sus habitantes. Eduardo III pide, a cambio de no matar a todos los calaisiens, la entrega de seis personajes relevantes y las llaves de la ciudad. Los seis hombres de la estatua, Eustache de Saint-Pierre, Jacques y Pierre de Wissant, Jean de Vienne, Andrieu d’Andres y Jean d’Aire, se ofrecen voluntarios.
Detalle de los burgueses de Calais de Rodin.
El grupo atraviesa acompañando por el alcalde la puerta de la ciudad en camisón y una soga alrededor del cuello. Llegan hasta donde están sus enemigos y entregan las llaves de la ciudad. Eduardo III ordena su muerte sin embargo, algunos caballeros ingleses, conmovidos por la valentía de los seis hombres, alzan la voz defendiéndolos. Al final, lo que realmente salva al grupo es la intervención de la reina Felipa de Henao, la esposa de Eduardo III. Después de este episodio, Calais pasó a pertenecer a Inglaterra hasta el año 1558.
La estatua de Rodin narra esta parte de la historia y existen varias copias repartidas por todo el mundo. La más famosa, evidentemente, es la que se encuentra en el lugar de los hechos, ocupando un lugar principal en la plaza que existe junto al magnífico edificio neoflamenco del Ayuntamiento de Calais.
La estatua se encuentra frente al ayuntamiento neoflamenco de Calais
Además del arte, la literatura también se ha hecho eco de este episodio histórico. El escritor alemán del Expresionismo Georg Kaiser escribió entre 1912 y 1914 una obra que lleva por nombre “Los burgueses de Calais”. Tiene un marcado discurso antibelicista y por la fecha en la que se escribe (I Guerra Mundial) está llena de simbolismo. Se interpreta como una voz a favor de que sean los gobernantes los que se sacrifiquen por las ciudades sin conducir a sus gentes a la sinrazón de la guerra¹.
Calais, esta ciudad del norte de Francia, ha vivido acontecimientos muy importantes: aquí se casó Charles de Gaulle, fue un enclave estratégico en la I Guerra Mundial y sufrió enormemente durante la Segunda. Capital del textil, en ella se puede visitar el museo del encaje, su puerto, un faro (dicen que con fantasmas) y algunos de los monumentos que sobrevivieron a las atrocidades bélicas del siglo XX.
Además, de aquí parte el Eurotúnel, la impresionante construcción que atraviesa el Canal de la Mancha bajo el agua.
En los alrededores se encuentra la Costa del Ópalo, con sus playas y sus acantilados, desde los que se ve, en los días claros, Inglaterra, el país al que un día perteneció esta ciudad gala.
¹ http://www.arealibros.es/newsletter/georg-kaiser-los-burgueses-de-calais.html
