Estoy leyendo “El Camino más corto” de Manuel Leguineche, un libro que me ha recomendado Germán Sánchez.
“El viaje se ha convertido para muchos en búsqueda desesperada de paraísos perdidos que ya no existen, en una prueba de uno mismo, en una huida. Se sabe mejor por qué abandonas tu casa que lo que buscas en el rincón extremo del universo. Quizás un poco de conversación. Hay quien opina que la obsesión por viajar demuestra el grado de insatisfacción universal. Pero como dicen los árabes <<viajar es vencer>>. Si te detienes, pierdes. Los buenos viajeros son los que parten por el hecho de partir, los que saben que el mejor viaje es aquel del que nunca se regresa. Son corazones ligeros. Necesitan la dificultad, el riesgo. No se mueven para descubrir el último fulgor del exotismo. <<Saben – escribió Baudelaire- que la meta cambia siempre de lugar, y sin saber por qué, dicen una y otra vez, vamos allá.>>”
El párrafo pertenece al prólogo a la sexta edición, ya no se edita, pero lo tenéis en bibliotecas.
Saludos desde Budapest!