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A Tresviso fue hace un par de años desde Sotres

Tresviso: un pueblo sin conexión para desconectar

Este post cuenta con la colaboración de Hundredrooms

Tresviso es el pueblo más aislado de Cantabria. No hay manera de llegar a él en coche desde su propia comunidad, tan solo se puede acceder usando la ruta senderista PR S-107 desde Urdón o, por carretera, desde la localidad asturiana de Sotres, siguiendo la CA-1, una ruta serpenteante de 11 kilómetros no apta para conductores con vértigo. Con razón, Tresviso significa “tras el abismo”.

Sea caminando o por carretera, llegar a Tresviso tiene su recompensa. Nos saluda un pueblo de casas de piedra, con un único bar, dos alojamientos rurales (la pensión y los apartamentos) y una iglesia de principios del siglo XX como edificio más significativo. Si no quieres dormir en Tresviso, puedes buscar casas rurales por toda Cantabria en Hundredrooms.

Tresviso, más que lo que se ve, es lo que se intuye: los cencerros de vacas y cabras, el olor a leña y la sensación de estar en uno de esos lugares donde acaba la carretera, acompañado – como mucho – por sus 65 vecinos.

Pueblo y naturaleza forman el tándem perfecto. Situado en la comarca de Liébana, Tresviso regala unas vistas maravillosas hacia el valle del Urdón y las cumbres que lo rodean. Hay una buena manera de apreciar su paisaje: un merendero con una única mesa que se asoma al “abismo”, ¿qué tal un vaso de vino (aquí no pegan copas) con un trozo de queso picón?

El merendero de Tresviso

El merendero de Tresviso

El queso picón es su producto más famoso. Un queso fuerte, hecho con la leche del ganado local (oveja, vaca y cabra) y curado en cuevas. Dicen los cántabros que nada tiene que envidiar al queso asturiano de Cabrales. Mejor o peor, lo que está claro, es que donde sabe bien es en el lugar donde se ha hecho. Desde este banco de Tresviso, mientras cae la noche y se ve al ganado buscar cobijo en los establos, ante la llamada de la pastora, el queso picón sabe a lo que tiene que saber.

Vistas desde Tresviso

Vistas desde Tresviso

El aislamiento marca el presente de Treviso, pero también su historia. Una historia que se remonta al siglo VIII, fecha en la que fue creado. Cuentan que el camino que conectaba con Urbión era camino real y que hasta aquí llegó hasta Alfonso XII. Durante la Guerra Civil, y gracias a su ubicación, fue el último pueblo en ser conquistado por las tropas franquistas, el 17 de septiembre de 1937.

Tresviso

Tresviso

Senderismo desde Tresviso

Hasta él, llegan hoy senderistas que suben por el PR S-07 y otros amantes de la naturaleza que se atreven con las cumbres cercanas: Cuetu la Cerralosa, Cantu la Jorcaúra, Cuetu las Rubias y el Cantu Sulasfuentes.

Aquí el programa Caminantes dedicado a la ruta  PRS S-07, un poco de autobombo nunca viene mal.

Tresviso, desde el camino que va al banco

Tresviso, desde el camino que va al merendero

Las barreras de la nieve

Con la llegada del invierno, Tresviso es una de las primeras localidades en quedarse aislada y una de las últimas en volver a “conectarse”. Hay años en los que han estado hasta un mes aislados, abastecidos gracias al helicóptero y con la única visita de algún periodista que subía a documentar cómo viven los vecinos, gente que está más que acostumbrada a las inclemencias del tiempo. Las peores nevadas de los últimos tiempos: las de 2015 y 2005.

En las paredes de la Taberna de Tresviso, se pueden ver las fotos de un gran rescate, cuando todo el pueblo se coordinó para traer de vuelta a las cabras de uno de sus vecinos que llevaban días en el monte, aisladas por la nieve.

No sé cómo sentará quedarse aislado en Tresviso durante un mes. Lo que está claro es que un par de días con sus noches, o cuanto menos una visita, merece la pena. Tresviso nos espera en la parte de occidental de Cantabria, lindando con Asturias. Allí permanece, desde hace trece siglos.

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