En colaboración con City Travel New York
Nueva York impresiona lo mires por donde lo mires y desde cualquier perspectiva: desde los puentes sobre el río Hudson, desde las orillas, desde la isla Liberty, desde un barco o incluso levantando la cabeza en cualquier calle para ver los enormes rascacielos.
Una de las experiencias imprescindibles es observar Nueva York desde las alturas, desde cualquiera de los rascacielos con observatorios (hay tres míticos), desde las azoteas con bares de algunos edificios o en helicóptero.
Nueva York en helicóptero
La primera mañana que estuvimos en Nueva York no dejábamos de escuchar el sonido de los helicópteros. Era un ruido constante que no identificábamos muy bien y, cuando lo hicimos, tampoco sabíamos por qué había tantos. Luego nos dimos cuenta que eran los helicópteros de los paseos turísticos.
Y es que mucha gente elige subirse a uno para sobrevolar el río Hudson, acercarse a la estatua de la Libertad, ver las islas de Ellis y Governors desde arriba y observar los puentes sobre el Hudson, los rascacielos o Central Park.
Hay muchas compañías que lo ofertan, entre ellas City Travel New York. Los precios y el recorrido varían en función del tiempo que estés en lo alto: 15, 20 o 30 minutos.
Empire State Building
Es el rascacielos mítico; el que aparece en películas como King Kong; el protagonista de la canción de Jay-Z y Alicia Keys; el edificio más alto del mundo durante 40 años (desde 1931 a 1971) y tiene 102 pisos y 381 metros (443 con antena), ¿sigo? Estar en su interior es toda una experiencia, histórica y comercial porque hay restaurantes y hasta tiendas con recuerdos.
También, una exposición que cuenta cómo fue la construcción y la historia de este edificio que se levantó en poco más de un año. Ya desde las ventanas de esta planta hay buenas vistas de la ciudad, aunque para evitar los reflejos, hay que subir un poco más arriba, a la planta 86.
Desde allí, rodeados eso sí de una valla de seguridad, se ve Central Park, los dos ríos con sus puentes, incluido el de Brooklyn, rascacielos míticos como el Flatiron o el Chrysler, la estatua de la Libertad y un largo etcétera. Las vistas son impresionantes, aunque hay gente que prefiere el Top of the Rock porque desde el Empire State Building no se ve… el Empire State Building.
La visita tiene una cosa muy buena y es que comprando la entrada, se puede volver el mismo día una vez que ha anochecido y así tener una doble perspectiva: la diurna y la nocturna. Y al mismo precio. Lo que sí tiene un coste adicional es subir a la planta 102.
Top of the Rock
Cualquiera de los edificios que conforman el Rockefeller Center son más bajos y menos míticos que el Empire State Building, también el Comcast Building, donde se halla el observatorio, el Top of the Rock.
Las vistas desde la planta 70, eso sí, son muy famosas y eso es porque permiten ver, en medio, el edificio más famoso de Nueva York que no es otro que el Empire, of course.
Al igual que el resto de observatorios, también hay exposiciones sobre la historia del edificio, alguna tienda de recuerdos, las típicas fotos que puedes comprar a la salida… y unos ascensores capaces de transportarte a lo más alto a una velocidad casi supersónica.
Una vez arriba, hay varios miradores a diferentes alturas entre las plantas 67 y 70 que ofrecen diferentes perspectivas de Nueva York y gran parte de sus atractivos. Merece la pena detenerse en cada una de ellas.
One World Observatory
El One World Trade Center es el edificio más alto de Nueva York hoy en día. Tiene 541 metros de altitud y se levantó cerca de donde estaban las malogradas Torres Gemelas así que también recibe el sobrenombre de Freedom Tower (torre de la Libertad).
En su interior hay muchas atracciones: se pueden ver los cimientos, hay una zona de bienvenida, existe la posibilidad de escuchar los testimonios de quienes participaron en su construcción, etc.
Aunque evidentemente, lo mejor, está arriba. En las plantas 100 y 102. Las vistas son 360º y permiten observar toda la ciudad: la bahía, los ríos Este y Hudson, la estatua de la Libertad… el único “pero” es que todo se ve a través de un cristal. Y eso es, quizás, lo que convierte al One World Observatory en el menos atractivo de los tres principales rascacielos de la ciudad.
230 Fifth
Las visitas más míticas son las de arriba, pero Nueva York está lleno de bares en las azoteas desde las que observar la ciudad. Evidentemente, suelen estar a menor altura, pero no cobran entrada y “tan solo” pagas por lo que consumes.
Una de las más famosas es el 230 Fifth, en lo alto del número 230 de la Quinta Avenida porque desde su terraza se puede observar el Empire State Building y la torre Chrysler mientras te tomas algo.
Los precios, más o menos, son los que hay en lugares similares. Un cóctel, $14, una cerveza, $9, un refresco, 9$ también. Durante la happy hour (lunes – viernes de 16:00 a 19:00) hay buenas ofertas tanto en bebidas como en comidas.