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Al atardecer se rompe el ayuno y empieza la vida

Visitar Fez en Ramadán

No es la primera vez que visito un país de mayoría musulmana. Tampoco Marruecos. Pero nunca había estado en Ramadán, así que me surgieron algunas dudas. ¿Es posible beber y comer durante el día fuera del hotel? ¿tendré que limitarme a los restaurantes más turísticos? ¿estarán los monumentos abiertos? ¿podré contratar visitas guiadas? En definitiva, ¿merecerá la pena viajar en esta fecha?

Spoiler: la respuesta es sí.

¿Qué es el Ramadán?

Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, los 30 días más sagrados para el Islam. Se identifica con el momento en el que Alá empezó a revelar el Corán al profeta Muhammad y su fecha de inicio varía en función de la luna. En 2019, se celebra desde el 5 de mayo al 4 de junio.

Mucha gente lo relaciona con el ayuno, sin embargo implica mucho más. Es tiempo de perdón y de generosidad. Para reunirse con la familia, meditar, leer el Corán y compartir momentos con los amigos.

Eso sí, el ayuno condiciona el día a día de la gente. Lo practican aquellas personas que gozan de buena salud e implica no beber, comer, fumar o mantener relaciones sexuales durante las horas de luz.

El resultado es que, durante estas fechas, se vive mucho más de noche.

¿Cuáles son los hábitos en Fez durante Ramadán?*

La Puerta Azul de Fez un par de horas antes del atardecer, todo lleno de puestos de comida y la gente comprando (y los turistas cotilleando).

Durante Ramadán, el ritmo es más pausado y la vida se adapta a las necesidades derivadas del ayuno. Ventajas de vivir en un país de mayoría musulmana ya que, en España por ejemplo, las personas que profesan esta religión suelen continuar con sus horarios de trabajo habituales y esto dificulta más abstenerse de comer y beber.

En Marruecos, muchos trabajadores cambian su jornada laboral. Dependiendo del tipo trabajo y de sus posibilidades, empiezan justo antes del amanecer y acaban sobre las 11 de la mañana (antes de que haga demasiado calor), se levantan tarde o duermen unas horas antes de romper el ayuno.

Todo discurre más lento. La gente está más apagada y, no es habitual, pero sí frecuente, cuando avanza el día, ver a gente malhumorada y discusiones. Es lo que se conoce como tramdina, un cambio de carácter que se achaca a la falta de glucosa.

Sobre las 17:00 horas, empieza el caos. Los puestos de comida llenan los alrededores de la puerta Azul de la medina de Fez y vendedores y compradores abarrotan las calles. Lo mismo pasa si te acercas a otras zonas de la ciudad como la puerta Semmarin que da acceso al barrio judío o Mellah.

Durante esas horas, fuera de las murallas, el tráfico es una locura. Coches y motos comparten asfalto mientras emiten pitidos constantes. Cruzar se convierte en una práctica de riesgo que se solventa con buenas dosis de valentía (o yendo detrás del primer local que se lance a la carretera a pie también).

Media hora antes de anochecer, llega la calma más absoluta. Prácticamente todo el mundo espera en casa con la comida preparada: agua, zumo, leche, chebakias (dulces con miel típicos de estas fechas), dátiles, la harira (una sopa típica de Marruecos bastante consistente), etc.

Con el ocaso, alrededor de las 19:30 horas, suena el cañonazo que marca el final del ayuno y todos los minaretes de las mezquitas, prácticamente al unísono, anuncian que empieza el ftour, la primera comida. Normalmente se hace en casa, pero también es fácil encontrar grupos de gente en la calle que, en ocasiones, te invitan a unirte a ellos.

Es un momento curioso, sobre todo si lo contemplas desde alguna de las colinas de la ciudad, por ejemplo, desde el mirador que hay junto al fuerte Norte (Bjord Nord) o desde las tumbas Meriníes.

Con el estómago lleno, vuelve la actividad. Las calles se llenan de nuevo, las tiendas reabren, reaparecen los puestos ambulantes de comida y el tráfico fluye. Arranca la vida, mucho más animada durante la noche este mes.

Esta animación se mantiene hasta el sohur, la última comida del día. Será alrededor de las 3:00 de la mañana, justo antes de que amanezca. Es el momento de coger energía para aguantar el ayuno durante las 16 horas siguientes.

¿Merece la pena visitar Fez durante el Ramadán?

Puestos con comida en Ramadán

Definitivamente sí. No vas a perderte prácticamente nada y la experiencia merece la pena. Eso sí, hay que tener en cuenta algunas cosas:

  • Las tiendas y los museos abren, pero, normalmente, sus horarios cambian y son más reducidos.
  • Por la noche, los restaurantes están operativos, pero durante el día tan solo sirven comidas los turísticos, por ejemplo, los que están cerca de la puerta Azul o Bab Boujloud.
  • Vas a poder contratar guías y excursiones igual que el resto del año. Nosotros hicimos una visita guiada por la medina con un guía privado y una excursión a Meknes y Volubilis sin problema.
  • Por educación, procura no comer y beber en la calle. No debe ser muy agradable estar ayunando y que, enfrente de ti, alguien beba un trago de agua fresquita.
  • Ver alguna discusión es normal, tampoco pasa nada. Simplemente evita meterte en problemas.
  • Aprende a decir “Ramadan mubarak” y disfruta de la experiencia. Al final, lo mejor de viajar es conocer otras culturas.

* Las horas vienen determinadas por la salida y la puesta del sol y, dependiendo del año, varían bastante.

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