Sigulda o las bicicletas son para sitios llanos

Los castillos salpican el Parque Nacional Gauja, en Letonia.

Entrada actualizada 12/6/2014

Había incluido Sigulda en mi plan de viaje por los Países Bálticos desde hacía tiempo. Entre tanta ciudad me apetecía un pueblo y, además, si estaba en medio de un parque natural (el Parque Nacional Gauja) con fortalezas de cuento, como el Castillo de Turaida, pues mejor. No se muy bien como asocié ideas en mi cabeza pero desde el primer momento pensé que Sigulda tenía que recorrerlo en bici. Y así lo hice. O al menos lo intenté.

Llegué desde Riga a Sigulda y me acerqué a la oficina de turismo que está al lado de la estación de autobús y de tren. Allí conseguí un mapa con rutas senderistas. Después de dejar la maleta en el hotel Livonija (genial, por cierto) me fui caminando hasta la zona donde comienzan las rutas senderistas por el parque natural.

Parque Nacional Gauja

En la explanada desde donde parten algunos de los senderos del Parque Natural Gauja, se encuentra una noria gigante (Panorama) y el parque de aventuras Tarzán con un telesilla que baja (y lo mejor es que también sube) hacia la zona del río (1Lat En 2014: 1,4Lats – 2€ ida y vuelta). El trayecto ofrece una perspectiva general del parque: el valle del río, bosques y algunas elevaciones. Abajo hay una playa fluvial, se pueden practicar deportes nauticos y cerquita un camping. Me parece interesante saber que también se pueden subir bicis.

De nuevo arriba me propuse encontrar mi bici. (La dirección era Iela Cesu 15).

Comencé la ruta por las fortalezas visitando los dos castillos del pueblo, aunque el medieval estaba de reformas. Desde allí me fui hacia Turaida. La ruta, de unos cinco kilómetros, puede hacerse tanto por carretera como por senderos y hay autobuses con bastante frecuencia pero, para mi desgracia, había conseguido una bici. El último tramo, una enorme cuesta arriba, lo hice con la lengua fuera y arrastrando la bici.

En Turaida

Turaida es un museo al aire libre construido alrededor de su principal atracción: el castillo. En su interior alberga exposiciones sobre las costumbres de sus antiguos habitantes o que cuentan cómo eran las relaciones de poder de la época entre el clero y los caballeros…

El resto del parque lo componen varias casas de madera antiguas, una iglesia del siglo XVIII y esculturas integradas en la naturaleza. Lo más interesante es subir a la torre del castillo por las vistas que ofrece de todo el Parque Nacional.

La Cueva de Gutman y su leyenda

De vuelta paré en la cueva de Gutman el lugar donde está ambientada la leyenda de la “Rosa de Turaida”. Cuentan que después de una batalla en el castillo de Turaida encontraron una bebé viva a la que llamaron Maija. Creció y se conviertió en una joven muy atractiva. Tenía muchos pretendientes pero se enamoró de Víctor, el jardinero. Si embargo, uno de sus admiradores no se conformó con la decisión de la joven e intentó convertirla en su esposa con malas artes. La engañó haciéndose pasar por Víctor y quedó con ella en la cueva de Gutman para forzarla a ser su mujer. Maija antes de traicionar a su amado prefirió morir.

En el museo de Turaida existe una lápida que la recuerda y hay algún documento que parece que prueba la existencia de estos personajes.

Pero volvamos a la realidad que también se las trae. La cueva es un canto al amor y sus paredes están repletas de inscripciones labradas por parejas, algunas con varios siglos de antigüedad. Los recién casados suelen venir aquí a hacerse las fotos de la boda. Un lugar romántico donde yo también tuve mi momento. Cuando estaba apunto de irme de allí porque era bastante tarde, apareció un señor en bici y, en el momento que me alejé un poco, sacó un acordeón y empezó a tocar en la puerta de la cueva.

Volví al pueblo (con la bicicleta a cuestas) y aproveché para callejear con la bici antes de entregarla y así conocer el pueblo un poco más. En Sigulda las avenidas son anchas con casas independientes, de dos plantas, algunas de ellas hechas de madera. En la zona más céntrica se levantan los edificios más altos.

En mi paseo me encontré una iglesia al lado de un pequeño lago donde había unos chavales pescando, algún monumento y un parque de bastones de colores en recuerdo a los turistas que antiguamente utilizaban este tipo de bastones cuando venían a Sigulda.

Cuando dejé la bici encontré un restaurante al aire libre bastante agradable y, después de cenar, volvía a mi hotelillo a descansar del día y de las cuestas.

Para la gente que vaya a pasar más tiempo existe otro pueblo, Cesis, que debe ser bastante bonito y con un paisaje similar al de Sigulda. También hay dos parques de aventuras que ofrecen tirolinas, ciclismo de altura… y otras atracciones. Son el Tarzans y Mezakakis.

Más información de Sigulda en inglés en la web de turismo de Sigulda.

Mi hotelito, el Hostal Livonija.

Me encantó quedarme en él. Un pequeño hotel, bien cuidado y con un jardín grande alrededor. Una delicia. No estaba demasiado céntrico pero sí que se podía llegar tranquilamente caminado, en 10 minutos desde la estación. Pagué 25€ (15LATs) por la habitación individual con desayuno. En 2004. Mantienen precios: 24€ individual y 40€ la doble.

Lo mejor

• El paisaje de Sigulda y las rutas senderistas alrededor del río. Tened en cuenta que los ríos suelen estár en partes bajas, los castillos en zonas altas y los caminos que los unen suelen ser empinados. Yo lo aprendí in situ con una bici a cuestas. No repitáis mi error, con que lo haya hecho yo es suficiente.
• Turaida y su castillo

Presupuesto:

Letonia ha pasado a formar parte del euro. Actualizo los precios que he podido averiguar a 12/6/2014

• Autobús ida y vuelta desde Riga. Tarda 1hora y 10 minutos aproximadamente: 3 Lats (2014: unos 5€ ida y vuelta)
• Alquiler bici: 6 Lats
• Hotel: 15 Lats – 2014: 24 euros/habitación individual.
• Turaida: 2 o 3,50 Lats  2014: 5 euros
• Comida, botellas de agua: 10 Lats